martes, junio 19, 2007

Diego Toro tiene Estrella propia

El jugador que marcó el gol del triunfo ante el Huila habla de su hazaña.
SU MAMÁ, Estrella Arcila, cuenta las vivencias que tuvo en el Atanasio.
EL VOLANTE maduró en su paso por el Pereira, Pasto y Real Cartagena.


Por
Wilson Díaz Sánchez
Medellín

En la tribuna de preferencia, ahí muy cerca de la cancha del Atanasio Girardot, estaba la Estrella que ilumina a Diego Mauricio Toro Arcila.

Su madre, que lleva este nombre, acudió con toda la familia al partido más importante del volante verdolaga y recibió la mejor recompensa: un gol que significó la tranquilidad para certificar el título que Nacional encontró entre dificultades y angustia.

"Todos en el estadio estábamos pendientes de ese golcito para acabar con tanta tensión. Cuando mi yerno dijo que había sido de Diego y, en medio de la emoción y aún con la duda, solo atiné a darle gracias al Señor por eso tan bello que nos regalaba", relató la mujer que con sacrificio llevó las riendas del hogar tras la muerte de su esposo, Jorge Eliécer, hace 17 años.

Estela María, la hija mayor (27 años de edad, casada y madre de un niño) y Diego, fueron la motivación de Estrella para luchar y darles lo necesario. Hoy en día y después de vivir toda la vida en Campo Valdés, habita un apartamento del sector de Los Colores, donde ayer disfrutaba por el triunfo del menor de la casa.

Cuatro años atrás no asistía al estadio porque, según ella, sufría mucho cuando Diego se aporreaba o hacía una jugada mala. "Pero ya me curé y disfruto del espectáculo".

Cuenta Estrella que el técnico Néstor Otero, del Huila, es un admirador del fútbol de su hijo. Tanto que lo tuvo en el Pereira, Pasto y Real Cartagena, donde este mediocampista antioqueño se pulió y regresó a Nacional maduro y con deseos de ratificar su talento.

Con madurez
Diego Toro, de 25 años, luego de saborear la victoria y compartir con los seres queridos, se fue ayer a descansar a un pueblo con varios compañeros. Todavía por su cabeza pasaban las imágenes del momento que tocó la gloria.

"Ahora, con cabeza más fría es cuando uno ve la magnitud del gol. Es el gol más importante en mi carrera porque quedará marcado en la historia de un club grande. Eso es muy satisfactorio para uno".

Diego es otro fruto de las divisiones menores de Nacional, de allí saltó al profesionalismo. Las ganas de actuar y al ver que no tenía la continuidad que buscaba y pedía, decidió irse a probar suerte en otro club, "siempre con la ilusión de regresar a hacer cosas grandes".

Se fue para el Pereira donde estuvo un semestre, luego para el Pasto por espacio de un año y más tarde para el Real Cartagena, seis meses. Como sus derechos deportivos pertenecen al equipo verde, en las pretemporadas se presentaba a trabajar aquí y Carlos Navarrete lo "repatrió".

Precisamente Navarrete, en su primer ciclo con la institución, sugirió que le compraran el pase a Ferroválvulas, elenco en el que Toro tuvo como forjador a Gonzalo Pérez (q.e.p.d.), la persona que lo aconsejó para cambiar de posición. Había sobresalido como zaguero central en los seleccionados juveniles de Colombia.

Sin revanchas
Lo que acaba de vivir Toro con Nacional no lo asume como una revancha. Los días de soledad en Pasto, Pereira y Cartagena, lejos de su mamá, los asumió como un proceso de madurez personal y futbolística y ahora recibe sus frutos.

"Esas experiencias como titular me permitieron madurar y querer más esta institución. Desde el primer momento que regresé lo hice con otra mentalidad, con deseos de trabajar fuerte para ganarme una posición importante".

Agrega que este año, en el comienzo, vivió la misma situación, pero supo aguantar. Mejor ubicado y con paciencia, se llenó de fe hasta que le abrieron las puertas.

Las lesiones de José Amaya y Felipe Chará hicieron que Quintabani se fijara en él y lo tuviera entre sus hombres de confianza. En las semifinales y parte del remate de la fase clasificatoria lo tuvo siempre en la nómina principal. "Todo salió como pensé. Nunca perdí la fe de que me darían la oportunidad para dar lo mejor".

Sufrimiento final
Toro reconoce que en el duelo final, el domingo ante el Huila, hubo momentos complicados para el equipo verde, pero que la convicción que tenía todo el plantel los mantuvo firmes para no dar el brazo a torcer. "Jamás perdimos la ilusión en que la corona se iba a quedar en casa. Era algo merecido por lo que mostramos durante el torneo y eso nos llevó a ganar el máximo trofeo".

Tras el compromiso solo tuvo tiempo para celebrar con su gente, con los guerreros que le dieron otra alegría al club verdolaga que está de plácemes por su noveno título colombiano en 60 años de historia.

Vienen unas vacaciones merecidas para Diego Toro que el domingo se iluminó con la luz de Estrella, su madre, en el día del padre.

La opinión
“La delantera de Nacional le dio la estrella. Aristizábal es un ídolo para todos, Sergio Galván fue el goleador y metió tantos decisivos y Carmelo Valencia fue el mejor en las finales. Ellos marcaron la diferencia”.
Marcos Fidel Verano, futbolistas e hincha verdolaga.

“El equipo estuvo muy bueno. Eso sí, esperaba algo más de Elkin Murillo, algo parecido a lo que mostró ayer en los últimos minuticos. Me parece que hay una falencia y es que se debe querer más la camiseta”.
John Fredy Hernández, aficionado de Nacional

“El técnico Quintabani mostró finura en el último partido porque supo hacer los cambios. Ahí ganó la estrella. Nacional debería mantener la nómina para el próximo torneo y eso sí, no dejar ir al arquero Ospina”.
Sebastián Giraldo, hincha de Atlético Nacional

“Se vieron algunas irregularidades en la defensa. Se demoraron en encontrar el equipo ideal. El ascenso de Humberto Mendoza fue vital para que lográramos la estrella. Además, David Ospina fue un elemento decisivo”.
Luis Fernando Puerta, hincha de Nacional que vive en Envigado

“Camilo Zúñiga y Carmelo valencia fueron los mejores para Nacional. Lástima la expulsión de Camilo, pero el torneo de él fue muy bueno. El técnico demostró que tenía la razón con los cambios que hizo”.
Ricardo Vera, seguidor de Atlético Nacional




Ayuda al lector

La nueva sangre verdolaga
La bendita frase de Francisco Maturana, de "perder es ganar un poco", volvió a cobrar vigencia en la campaña de Nacional campeón.

Ante las lesiones que durante el campeonato sufrieron Víctor Hugo Aristizábal, Sergio Galván, Camilo Zúñiga, José Amaya, Felipe Chará, Óscar Echeverri y Humberto Mendoza, el técnico Óscar Quintabani tuvo que echar mano de jóvenes promesas que respondieron con categoría:

Carmelo Valencia, con siete goles, demostró que la continuidad es la que forja a los artilleros. Marlon Piedrahíta tuvo un remate para destacar por su personalidad y capacidad: se desempeña por derecha o izquierda.

Diego Mauricio Toro, todo lucha y sacrificio en la contención. También aporta goles de valía. Járol Martínez, otro joven que estuvo a punto de irse para el fútbol italiano y que se desempeña como lateral izquierdo o volante. Camilo Pérez (foto), zaguero no se arrugó cuando lo llamaron a remplazar a Iván Hurtado o Humberto Mendoza.

Henry Rojas, Jimmy Bermúdez, Yeison Devoz y Juan Carlos Patiño completan la nueva camada joven de Nacional.




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