martes, diciembre 23, 2008

Brilla en Cali una justa estrella

Las lágrimas de Diego Édison Umaña -antiguo 10 y hoy exitoso entrenador del equipo América de Cali- resumen la emoción de un triunfo deportivo tan significativo como meritorio. 'La Mechita', así cariñosamente llamado por su gran hinchada, había alcanzado este domingo, en su cancha, la anhelada estrella número 13.

Estrella justa y merecida, que lo hace brillar al lado de Millonarios, que bordea los 20 años sin lograr un título. Solo por eso se puede decir que el de los Diablos Rojos es un hecho histórico, pues le pone un punto clave al fútbol colombiano. Ya que Millos, el famoso Ballet Azul, también ostenta la lejana gloria de haber sido el mejor equipo del mundo. Pero como no se puede vivir del pasado, hoy tiene al conjunto rojo de Cali hombro a hombro en la foto de la historia.

El triunfo del América adelanta la Feria de Cali. Bien merecido, porque este equipo de Umaña es ahora, sin duda, el mejor de Colombia. Lo ha sido en el año, un equipo bien dirigido y equilibrado. El que más veloz juega, que sabe atacar y defender. Y, sobre todo, hacer goles. Un equipo que, según algunos expertos, practica un fútbol diferente a la escuela creada hace algunos lustros por Francisco Maturana y 'Bolillo' Gómez, que nos dio triunfos inolvidables. Pero este de América es un fútbol moderno.

El América de Cali se ha sobrepuesto a muchas adversidades. Comenzando por imponerse al lastre de estar en la Lista Clinton y, por ende, tener que driblar obstáculos legales y de imagen por los vínculos que tuvo con el cartel de Cali. Por si algo faltara, no solo se impuso a un duro Medellín, sino mantuvo la unidad interna y la pasión en la cancha, no obstante que por contragolpes financieros no les cumplían a los jugadores los pagos y bonificaciones.

Para resumir, la estrella de América de Cali es alcanzada con fútbol y con amor a la camiseta, que es lo que piden las hinchadas. Que la disfruten, sin olvidar los retos que tienen al frente y sin violencia. Porque les queda un proceso de reestructuración, que lo están llevando adelante con la fundación del Nuevo América de Cali. Además de mantener el equipo o rearmar uno para enfrentar con altura y esperanza la Copa Libertadores, pues América no ha podido ganarla, después de haber llegado cuatro veces a la final. Bien por los escarlatas. Desde Bogotá vemos con sana envidia la faena y aplaudimos su triunfo.

editorial@eltiempo.com.co



domingo, noviembre 02, 2008

La "reunificación", ¿positiva por sí sola?

Mientras CART e IRL batallaban entre sí, la NASCAR se aprovechó de la situación y creció a expensas del desgaste de las otras dos

Actualizado: 1 de noviembre de 2008, 7:45 PM ET



Transcurría el año de 1979, cuando por iniciativa de Dan Gurney, con el respaldo de gente como Roger Penske y Pat Patrick, nació la serie de carreras de autos tipo fórmula más grande e importante en la historia del continente americano: la CART (Championship Auto Racing Teams), como se le conoció a este serial, que hasta hoy ha sido el desafío más serio que ha tenido la Fórmula 1, por el reconocimiento mundial como el campeonato de carreras más importante del orbe.

Si bien para algunos la CART no llegó a superar a su "rival" europeo, sí se le acercó mucho, ofreciéndonos, de paso, épicas batallas que hoy en día siguen vivas en el recuerdo de millones de aficionados alrededor del globo. Los nombres -y con ellos múltiples e imborrables momentos de gloria- de Fittipaldi, Mansell, Rahal, Sullivan, Andretti, Villenueve, Montoya, Vasser, junto con muchos otros, le dieron a esta categoría un lugar muy importante en los anales de la historia del automovilismo mundial. EL NACIONALISMO QUE MATÓ
Fueron cerca de 20 años de gloria en que los aficionados en la Unión Americana pudieron disfrutar de un verdadero Campeonato Mundial de calidad donde no predominaban los participantes estadounidenses. A diferencia de lo que hacen hoy la NBA, la NFL, la NASCAR o la MLB, y de lo que en un principio quiso hacer la IRL, la CART en su cúspide contaba con lo mejor de todos lados, y por más irónico que parezca, precisamente este gran atractivo fue el principio de su debacle.
Tony George

AP

Tony George quiso que la IRL tuviera todo su estilo

Debido a esa filosofía nacionalista que en la actualidad sigue manipulando los destinos del deporte profesional en Estados Unidos, en 1991, un personaje llamado Tony George, quien prefiere el refresco que el vino, y la comida rápida a una buena cena gourmet (para que ubiquemos su perfil), decidió que había demasiados pilotos extranjeros brillando, y que las carreras en los óvalos (entre ellas la suya, las 500 Millas de Indianápolis) estaban perdiendo terreno ante el resto. LA CATEGORÍA "GEORGE"
Debido a ello, y con este argumento como estandarte, el también presidente del Indianapolis Motor Speedway presentó en 1991 una propuesta para comprar la CART y en su mente "reorganizarla como era debido". Su propuesta fue rechazada, por lo que en 1994 volvió a intentarlo, y simplemente fue nuevamente desairado. Entonces renunció al consejo de directores para formar la Indy Racing League (IRL), utilizando sus retrógradas ideas y las 500 Millas de Indianápolis como los pilares principales de esta nueva categoría. Para la primavera de 1996, la IRL arrancó su primera temporada, desarrollándose al 100 por ciento dentro de territorio estadounidense, y con una alineación de pilotos de EU en su mayoría. Además, para la edición de ese año de las 500 Millas de Indianápolis, George había estipulado que 25 de los 30 espacios disponibles en la parrilla de salida serían ocupados por pilotos de su categoría, dejando únicamente cinco opciones para los pilotos/equipos de la CART que quisieran calificar, sin importarle que pudieran ser mejores y más rápidos. El contraste del arranque de esa misma temporada entre los equipos de la CART en Miami y los de la IRL en Orlando fue abrumador. La mayoría de los equipos y pilotos de la IRL no eran competitivos y se encontraban muy por debajo de lo que presentaba CART, donde participaban cuatro constructores de motores, cuatro armadoras de chasises, dos llanteras, grandes multitudes, importantes patrocinios, 28 autos y pilotos de todas partes del mundo, de los cuales solamente 10 eran estadounidenses. TODOS CONTRA TODOS
A partir de ese momento se desató una guerra sin cuartel entre las dos categorías. Dentro y fuera de las pistas se escenificaron desgastantes batallas que no beneficiaron a nadie y que solamente debilitaron al automovilismo de llantas descubiertas (fórmulas) en Estados Unidos. Mientras todo esto sucedía, el tercer protagonista de esta historia, la NASCAR, se aprovechaba de la situación y crecía a expensas del desgaste de las otras dos. CART e IRL peleaban hasta por el derecho de utilizar el prefijo Indy, mientras que NASCAR iba lentamente ganando terreno ante quienes en ese entonces eran los más grandes y populares. En 1996, CART creaba su propia versión de las 500 Millas de Indianápolis con la U.S. 500 en Michigan, celebrándola el mismo día que la joya del calendario de la IRL, mientras que Tony George respondía con la implantación de nuevas reglas en la construcción de los autos de su categoría, dejando fuera de los parámetros a los autos de la serie CART, con la intención de obligar a los equipos que quisieran calificar para sus 500 Millas a comprar autos nuevos para poder participar. Esto motivó que de 1996 a 1999 casi ningún piloto o equipo de la serie CART compitiera en la Indy 500. La ausencia de los pilotos reconocidos y de los autos más veloces de la CART, así como de los grandes patrocinadores, mantuvo ensombrecida esa carrera. Este hecho empezó a trabajar en favor de la NASCAR, específicamente de las 500 Millas de Daytona, que se posicionó fuertemente en la mente de los aficionados en Estados Unidos. Fue entonces que Tony George empezó a recomponer el camino. Poco a poco la IRL comenzó a incluir en su calendario carreras fuera de los óvalos. De igual manera empezó a tomar en cuenta a pilotos extranjeros que pudieran competir mejor que los estadounidenses desconocidos. Conforme fue pasando el tiempo, la IRL se fue pareciendo más y más a la CART, pero con dos grandes ventajas (o aciertos): un mucho mejor y efectivo aparato de mercadotecnia, y la Indy 500. De esta manera, la IRL fue recuperando terreno ante la CART. La competencia deportiva de sólo un día más grande del mundo, junto con cada vez mejores pilotos, un campeonato más variado y demandante en cuanto a pistas y una buena estrategia de mercadotecnia, atrajeron mejores contratos de televisión, llamando con ello la atención de los patrocinadores, quienes a su vez trajeron consigo a los equipos que subsidiaban. Entonces sólo era cuestión de tiempo para que los equipos empezaran a migrar de la CART a la IRL. De los importantes, primero fueron Ganassi y Penske, les siguió Andretti Green y un año después Rahal Letterman junto con Fernández Racing. En pocas palabras, en un lapso de dos años, de 2001 a 2003, se desató una reacción en cadena que vio a la CART perder terreno dramáticamente ante la IRL.
Danica Patrick

AP

La IRL ha sabido explotar la belleza de Danica Patrick

EL ACTIVO "DANICA"
Para finales de 2002 y principios de 2003, la CART, afectada por todos estos sucesos, se reorganizaba y convertía en la Champ Car, mientras que la IRL seguía maximizando todos sus activos mediáticos. La nueva Champ Car se enfocaba en mejorar o por lo menos mantener su paquete deportivo (coches, eventos, pilotos, etcétera), mientras que la IRL pensaba más en el lado comercial, en el show. En 2005, la IRL, a través del equipo de Bobby Rahal, trajo a la categoría a Danica Patrick, una piloto que en 2003 y 2004 había competido sin mucho éxito en la Serie Atlantic, antesala de la Champ Car. Danica nunca ganó una carrera en este serial, pero esto no le importó a la IRL. Como lo había hecho con todo lo demás, encontró cómo "mercadear" su nuevo "activo", he hizo de ella el nuevo icono, no sólo de la categoría, sino tal vez de todo el deporte estadounidense. En poco tiempo las grandes carteleras de Times Square en Nueva York mostraban a Patrick como la nueva heroína de EU y las revistas ensalzaban su lado femenino, sin importar que su único logro era haber calificado delante en un par de eventos ayudada por el hecho de que pesa entre 20 y 30 por ciento menos que el resto de los pilotos. Danica, una piloto no mala, pero promedio, se había convertido de tal forma, y prácticamente de la noche a la mañana, en la nueva gran atracción del circo de la IRL, sin ningún otro mérito que el de ser una mujer guapa. EL ARTE DE VENDER UN PRODUCTO
Por otro lado, la Champ Car buscaba cómo mantenerse a flote, pero la realidad es que nunca entendió que el nombre del nuevo juego era "show" y no carreras. La salida intempestiva de varios de sus pilotos y equipos más importantes la había dejado mal parada. Para hacer frente esto, trajo a buenos pilotos y equipos, pero que no eran conocidos en EU. Tiago Monteiro, Timo Glock, Neel Jani, Robert Doornbos, Justin Wilson o Sebastien Bourdais (todos ellos con experiencia en la F1), fueron sólo algunos de los pilotos que la categoría trajo para buscar contrarrestar los nombres de las estrellas que ahora estaban en la IRL, pero que habían sido hechos en la CART, como Castroneves, Franchitti o Kanaan, o en los medios como en el caso de Patrick. El resultado no fue el esperado. La mayoría de la prensa especializada, deslumbrada, tal vez, por el aparato mediático de la IRL, nunca los supo reconocer. Igual ocurrió con el paquete de carreras (chasis/motor/llantas). Desde su creación, la Champ Car tenía un mejor auto que el de la IRL, pero aun así lo mejoró más para la temporada 2007, cuando presentó el DP01. Sin embargo, como sucedió con el caso de los pilotos, la categoría no lo supo "vender" a los medios, por lo que pasó a segundo término el hecho de que el Champ Car fuera un auto sumamente más avanzado, rápido y confiable que el Indy Car. El show y el marketing fueron en los últimos años las claves que definieron el resultado que hoy todos conocemos. La IRL lo hizo mucho mejor, y la CART/Champ Car se empeñó en trabajar netamente en su producto de carreras (equipos, coches, pilotos, competencia, etcétera), que desafortunadamente, hoy por hoy, no son suficientes para competir en un mundo netamente comercial.
NASCAR

AP

La NASCAR se asegura que haya show en cada carrera

EL MONSTRUO NASCAR
A la par, y gracias a todo lo acontecido, la NASCAR creció más de lo que algún día fuera la propia CART, y si de show se trata, se pintan solos. La National Association for Stock Car Auto Racing (Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie) es, hoy por hoy, el deporte más visto en la Unión Americana, por encima de cualquier otro. Aquí ninguna decisión se toma sin un motivo específico en función del espectáculo, sin importar cuánto se afecte el aspecto deportivo de la competencia. Si algún competidor se ha escapado, se saca una bandera amarilla para juntarlo; si un piloto local choca a otro, no pasa nada, pero si es al revés, se penaliza. Existen bonos sorpresa para que los pilotos rezagados recuperen su vuelta, como si fuera maquinita de videojuegos; en fin, haciendo una analogía, la NASCAR es como las luchas del automovilismo. En este contexto, hoy de nueva cuenta sólo existe una serie de autos fórmula que cuenta con una mucha mejor imagen y promoción, con más y mejores "estrellas", pero que en realidad no es un mejor producto netamente de carreras que lo que era la Champ Car. La competencia es mucho mayor y no es suficiente con el simple hecho de reunificarse. Para que la Indy Car siga creciendo tendrá que entrarle al juego y cuidar su espectáculo, al igual que la propia competencia deportiva. Deberá ser muy inteligente para no caer en el grotesco mercantilismo de la NASCAR, pero sin olvidar que a final de cuentas el espectáculo es por lo que la gente paga. Habrá de encontrar ese punto de equilibrio en que ambos aspectos puedan convivir sanamente para recuperar poco a poco algo de ese público perdido, que hoy se ha acostumbrado a ver carreras de carritos "chocones" por horas. Por lo pronto, ya terminó la primera temporada de una nueva era, y a pesar de que los equipos y pilotos "de transición" llegaron en franca desventaja contra los de la IRL, fueron capaces de competir y hasta de ganar carreras de vez en cuando. Esto puede ser más que benéfico para la categoría, y gracias a ello pudimos ver una serie más sana, más fuerte y más competitiva que lo que eran los dos seriales por separado, pero no se puede perder de vista el hecho de que aún falta mucho camino por recorrer. Ojalá y así lo vean y entiendan Tony George y su gente, pues para continuar con su propia evolución y la inercia que llevaban, tendrán que seguir avanzando para parecerse aún más (por irónico que sea) a la categoría que acaban de desaparecer. En pocas palabras y para que quede claro, deberán seguir su camino en busca de convertirse en una especie de Champ Car reforzada. Deberán seguir trabajando en su diversificación (de pistas, mercados y pilotos), con un auto más actual, ágil, veloz y versátil, pero al mismo tiempo con un mejor paquete comercial sustentándolo. Tendrán que adoptar el concepto de competencia de la Champ Car, que en general era más exitoso, pero con el paquete mediático de la IRL respaldándolo. En resumen, amigo lector, aunque no creo que haya sido la mejor forma ni el mejor momento de hacer esto, si las cosas se hacen bien, seguramente esta reunificación a mediano plazo traerá de regreso beneficios importantes al automovilismo en nuestro continente. Mientras esto sucede tendremos que acostumbrarnos por lo menos algunos años a seguir viendo coches de la década pasada compitiendo bajo una filosofía y una visión al estilo NASCAR y, lo peor de todo, lejos de nuestro México.


jueves, octubre 16, 2008

Así acabaron con los 'hooligans' en Inglaterra

Esta historia vale la pena contarla y puede servir de guía para frenar la violencia del fútbol colombiano, que en los últimos días tuvo como epicentro el estadio El Campín.

Es increíble que el fútbol de Inglaterra, el que hoy tiene el torneo más cotizado del mundo y estadios tan confortables como las más modernas salas de cine, hace apenas 18 años hubiera padecido la ruina y el aislamiento universal por la violencia de los 'hooligans'.

Fue el fenómeno de los 'hooligans' el que desencadenó las tragedias en los estadios de Heysel (Bélgica) en 1985, que dejó 39 muertos, y de Hillsborough (Inglaterra) en 1989, con 96 víctimas mortales, e hizo que el balompié inglés tocara fondo.

Es increíble que en un país como Inglaterra tuviera que morir tanta gente, para que en 1989 se tomara la decisión de erradicar la violencia que azotaba al fútbol desde los años 60. Pero se consiguió. ¿Cómo? Gracias a unas drásticas decisiones en las que participaron el Estado, la Policía, el fútbol y la empresa privada.

1. El Estado entendió que debía atacar el problema de raíz

El Gobierno de Inglaterra ordenó en 1989 una investigación a fondo, luego de la cual entendió que la violencia de los 'hooligans' era un fenómeno sociocultural del país y no del fútbol.

La inexistencia del núcleo familiar, o en otros casos la ruptura, fueron identificados como dos de los principales generadores de ese tipo de violencia.

2. Se crearon leyes contundentes para penalizar a los violentos

En 1990 entraron en vigor medidas judiciales para acabar con los violentos. Se aprobó prohibir el ingreso hasta de por vida a los estadios a los hinchas más peligrosos y penas de cárcel a quienes violaran normas establecidas, entre ellas la prohibición del porte de armas y el consumo de alcohol y/o de drogas.

3. Multas y sanciones para todos los estamentos de la sociedad

Las medidas judiciales no se hicieron solo para los violentos, sino que involucraron a toda la sociedad. Por ejemplo, si las autoridades capturaban en el metro, un tren o un avión a un 'hooligan', o a un grupo de ellos, la empresa transportadora recibía multas y sanciones de diversa índole.

4. Creación de cuerpos elite especializados de la Policía

Nacieron grupos elite de la Policía que se especializaron en combatir 'hooligans' y manejar las masas en los estadios. Además hubo agentes secretos que se infiltraron entre los 'hooligans' para conocer su modo de vida.

Así pudieron judicializarlos: dieron 35 penas perpetuas y se creó una lista de unos 5.000 barras bravas con prohibiciones.

5. Los clubes especializaron a su personal de logística

Los 92 clubes de la FA (Asociación de Fútbol de Inglaterra) formaron grupos de logística, llamados 'Stewards', a los que especializaron en relaciones públicas y manejo de masas.

El objetivo fue disminuir paulatinamente la presencia de Policía uniformada en los estadios (llevarla afuera y a los alrededores) y aumentar el de logística.

6. Se unificaron los criterios de seguridad en los estadios

Las medidas de seguridad en los estadios fueron las mismas para todos, pero cada uno creó su propio plan de emergencia, según la clase de partido por jugarse.

Para ello, se tuvieron en cuenta la estructura del estadio, su ubicación, aforo, cantidad y calidad de los accesos. Además se ordenó quitar las mallas y los muros de contención.

7. La mejor tecnología debe estar al servicio de la seguridad

La creación de circuitos cerrados de televisión para ubicar cámaras en lugares estratégicos de los estadios, así como la implantación de modernos sistemas de identificación de los hinchas (lectores de huellas digitales y amplios bancos de datos, entre los más importantes), fueron los puntos clave de tecnología para mejorar la seguridad. Para cumplir con este propósito hubo que adecuar todos los escenarios.

8. Silletería para todas las tribunas de todos los estadios

Ubicar sillas en todas las tribunas de todos los estadios, y numerarlas, no fue una decisión que se tomó solo para darle comodidad al aficionado, sino como un factor importante de seguridad, porque así el personal de logística pudo identificar quién estaba sentado en qué parte.

Esta decisión se tomó en 1990 y la FA les dio un plazo de 9 años a los 92 equipos afiliados para reestructurar sus estadios o para que construyeran uno nuevo.

9. El Estado otorgó créditos a los equipos para adoptar medidas

En 1990, con el fútbol quebrado y la violencia rampante, el Gobierno de Inglaterra decidió que para que las medidas adoptadas surtieran efecto, también había que financiar a los equipos, pues la inversión era enorme.

Así fue que otorgó créditos y además propició la vinculación de la empresa privada para ofrecer patrocinios, así como de la televisión, que empezó a transmitir los partidos de forma masiva.

10. La carnetización para conocer antecedentes judiciales

Una medida clave fue carnetizar a todos los integrantes de las barras, no solo para identificarlos, sino para saber si tenían antecedentes judiciales y además no podían entrar a los estadios.

Hubo 'hooligans' que debían presentarse en una comisaría durante la disputa de un partido. El hecho de incumplir esta ley les generó castigos incluso peores que cometer actos violentos o de vandalismo.


GABRIEL BRICEÑO
Subeditor de Deportes
gabbri@eltiempo.com.co



martes, abril 15, 2008

United take spoils as Gunners misfire

Updated: April 13, 2008

United take spoils as Gunners misfire


If it is possible to distil a season into 90 minutes, then Arsenal managed it. They showcased skill and supremacy, fragility and, ultimately, disappointment in a compelling match.


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Owen Hargreaves celebrates his glorious free-kick.
It was Arsenal's year in a nutshell, providing a microcosm of their campaign from the encouraging start to the final, crushing sense of what might have been. Arsenal passed with a confidence, an assurance and a simplicity that endears them to fans and neutrals alike, but the title is probably destined for Old Trafford, and the trophy will definitely not reside at the Emirates Stadium next season. At times, Arsenal played with the obstinacy that Arsene Wenger demonstrates in his arguments and his explanations for his transfer market policy. Yet they came up just short. As the Arsenal manager said: 'There was a very, very thin margin between winning and losing this season.' There was in this game. Nicklas Bendtner's injury-time header thudded against the United post. The woodwork had already been struck, inadvertently, by Wes Brown, while Rio Ferdinand had come similarly, and equally embarrassingly, close to an own goal. On such incidents can titles be decided. But, just as they have done in the title race, Arsenal lost a lead today, fading as Manchester United surged onwards towards the end. And, typically of their recent games, they departed with a sense of grievance. United levelled with a penalty given against William Gallas for handling Michael Carrick's pass. They won courtesy of a free kick, given to Patrice Evra against Gilberto. Wenger agreed with neither decision. 'We lose on a penalty we cannot believe but we are used to it now,' he added. 'And on the free kick, he did not touch him. They are two big decisions and we have to take it.' They do. As significant as the decisions, was United's cool execution. Cristiano Ronaldo held his nerve on a twice-taken penalty - Ji-Sung Park compounding an utterly ineffectual display by encroaching when the first spot kick was taken - before, for once in his remarkable season, being demoted to the role of spectator as Owen Hargreaves stepped up to curl in the decisive free kick. 'I could tell it was his,' said Sir Alex Ferguson. 'No goalkeeper in the world would have saved that. He is very good from that distance.' So he proved. United also illustrated their capacity to win when below par, something Arsenal struggle to emulate, after a substandard first half. They also displayed their strength in depth, with Ferguson introducing Anderson and Carlos Tevez, to considerable effect. Wenger's, in comparison, looked a patched-up team; though their performance was excellent, they are limping towards the end of the season in terms of available personnel. It is a third successive year without silverware, but Wenger mounted a stout defence of his modus operandi, including his reluctance to buy in January. 'I'm not an idealist,' he insisted. 'I want to win trophies and we want to continue the way we play. I feel that we have done a lot for the Premier League this year. We do not feel there is a difference in technical quality between us and Chelsea and Manchester United.' His faith in youth remains intact. 'I feel we have the quality and are young,' he added. 'I worked a lot with this team and these young players. I bought [Alex] Song two years ago, I played him today in a massive game and he has shown he has exceptional quality but he was not like that two years ago. I believe we played with quality and spirit and are really unlucky to lose this game.' They did so despite a display of idiosyncratic defiance from one of the few who will leave Arsenal in the summer. Descriptions of Jens Lehmann tend to be prefaced by phrases such as 'love him or hate him'. Now, it appears, those in the latter category far outnumber those in the former. Surplus to requirements and seemingly excluded, by his own actions, from Arsenal's unified front, this has marked a stark decline for the man who, two seasons ago, was the outstanding goalkeeper in the Champions League and among the finest in the World Cup. Superseded by Manuel Almunia since early-season errors against Fulham and Blackburn, he has constituted Arsenal's resident in-house critic ever since. Damning judgments on Almunia's performances have followed, all with the obvious implication there was a superior alternative.

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Fergie offers some consolation to Arsene Wenger, which won't have gone down well.

Sniping from the sidelines for much of the campaign, he was summoned from his own brand of internal exile for what may proved a valedictory appearance when Almunia developed a wrist injury. Yet for much of the match, he prospered, producing a hat-trick of outstanding saves from Wayne Rooney, all with his feet, and suggesting an aura of arrogance is a distinct advantage for a goalkeeper. It was a memorable cameo in, for Arsenal, an encouraging season. But it was not quite enough. MAN OF THE MATCH: Emmanuel Adebayor - Scored Arsenal's winner at Old Trafford last season and briefly threatened to repeat that with a well hidden handball from five yards out. Although he has been below par recently, he led the line intelligently, linking up well with the attacking midfielders and helping Arsenal flourish on the counter-attack. MANCHESTER UNITED VERDICT: Ferguson has started to favour a 4-5-1 formation for the biggest games. It has often worked, too, but they looked much more comfortable today after the arrival of Tevez and the reversion to 4-4-2. The midfield situation was further complicated, too: Park did not do enough to justify his selection ahead of Ryan Giggs but the dynamic Hargreaves produced a second influential display of the week. ARSENAL VERDICT: Ferguson accepted they were the better side in the first half and did not deserve to lose, and it was hard to disagree. It was heartening to see a side with the ability to impose their slick passing game on United, but clean sheets continue to elude Arsenal. Whether the centre-back partnership of Song and Gallas was a one-off or a sign of things to come remains to be seen, but the Cameroonian at least looked a more solid option than Philippe Senderos. Deprived of Mathieu Flamini, Abou Diaby, Bakary Sagna, Tomas Rosicky and Eduardo, this was an accomplished display, but without the result they merited. NOT SO FAB: It did not go unnoticed in the press room beforehand that, while Fabio Capello praised Theo Walcott for the scintillating solo run to set up Emmanuel Adebayor's goal at Anfield on Tuesday, the England coach had actually left by then. Had the unlamented Steve McClaren done likewise, he would have been pilloried.


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miércoles, marzo 05, 2008

Arsenal can win Champions League

Arsenal can win Champions League

European Football Arsenal
by Phil McNulty - BBC Sport 04 March 2008

Arsenal made history in the San Siro to deliver a compelling response to those who hinted that their season might be running out of steam.

Arsene Wenger's side may still be top of the Premier League, but wasteful draws against Birmingham and Aston Villa - along with Eduardo's horrific injury - had the pundits posing questions.

Every one was answered emphatically as Arsenal comprehensively outclassed holders AC Milan with a style that suggested they can reach a second Champions League final in three seasons.

Milan had early supremacy, but it was a brief period in the ascendancy and was soon submerged by the class, youth, pace and mobility of an Arsenal side that simply had too much for the old timers to cope with.

Arsenal should have been in the comfort zone long before Cesc Fabregas sparked wild celebrations with his team-mates and Wenger on the touchline with a 30-yard shot that snaked beyond ponderous Milan keeper Zeljko Kalac.

Emmanuel Adebayor's second gave a more realistic reflection of Arsenal's superiority on a night that was a personal triumph for Wenger as well as his players.

Fabregas was the fulcrum of everything Arsenal did, pulling the strings, creating chances and threatening to score himself well before he actually did. He over-shadowed Kaka, who was left with the burden of carrying a crumbling team.

William Gallas, whose credentials as captain came under scrutiny after his loss of control and composure at Birmingham, marshalled the defence brilliantly.

And in Adebayor, Arsenal have a potent spearhead who excels in all aspects of the attacking art. The late goal he turned in from Theo Walcott's cross was no more than a tireless display deserved.

It was a victory that was true to Wenger's principles, based on glorious passing, attacking football that even forced Milan's fans to set aside their disappointment and applaud Arsenal's players at the final whistle.

What sting Milan had was swiftly drawn, with Alexander Hleb intelligently deployed just behind Adebayor and the under-rated Mathieu Flamini a willing accomplice for the more lavishly-gifted Fabregas.


There is still a fragility about Arsenal, but their approach is so pure that it can be forgiven. So many chances were created and squandered that Milan were still harbouring hopes of an undeserved smash-and-grab victory until Fabregas scored six minutes from time.

It all came right in the end and Arsenal are now a team to be avoided in the draw for the last eight. Any team that has their capacity to score goals, especially away from home, can win this competition.

And with Wenger's tactical brilliance to call on, his young team are genuine dark horses.

There was a quiet confidence in the camp before this game despite only drawing the first leg. It soon became clear why as, from the foundation of the clean sheet they claimed at The Emirates, they looked like a side who knew they would score eventually.

Milan's own plight means the victory must be placed in context. The Italians looked tired, old and too reliant on the brilliance of Kaka up front and the experience of Maldini at the back.

But nothing must lessen the scale of Arsenal's achievement. Manchester United faced a similarly ageing Milan side in the San Siro last year at the semi-final stage and were taken to the cleaners.

Wenger has always had total faith in his squad through recent traumas - and they repaid him in style.

And as he left Italy to return to Premier League combat, he will have done so with a genuine and justified belief that Arsenal are good enough to lift the Champions League.

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