viernes, septiembre 07, 2007

La noche mas pifia del mundo

Todo lo que podía salir mal, salió.

07/09/07| Por:juandl84

• Responsables de la derrota.
• Quienes a Manizales y quienes a Bogotá. Aclaraciones pertinentes.
• Refrescando la SELECTIVA memoria azul.


Se juntaron todas las desgracias: Displicencia de los jugadores, lesiones, ausencias, mal arbitraje… de todo.
Fue una de esas noches en la que nada, absolutamente nada salió bien. Y la lista de responsables es la siguiente:

+ Jugadores. Nacional nunca encontró el camino, nunca fue claro, preciso, profundo, colectivo. Ambos tiempos fueron malísimos y los goles fueron más casualidades que cualquier cosa.

David Ospina cometió un penal ingenuo; Camilo Zúñiga dejó en defensa un hueco muy bien explotado por el rival y su ataque fue poco efectivo; Camilo Pérez fue sencillamente desastroso y hasta terminó expulsado por protestar ya terminado el partido; Iván Hurtado fue de los mejorcitos, pero estuvo lento en los goles y relevos; Oscar Passo, inexistente. Diego Toro era el mejor hasta su lesión y nunca encontró reemplazo; Harold Martínez estuvo muy dubitativo; Aldo efectivamente es el “Riquelme Colombiano”… por “Pecho Frío”, Galván y Aristi (ambos de regular presentación) no pueden seguir jugando a 50 metros del arco y Carmelo (también intrascendente) tan abajo recibiendo de espaldas.
De Zapata mejor ni hablemos y a Henry Rojas se le abona la buena intención pero le falta colectividad. León Darío aún no se encuentra.

Evidentemente los jugadores se relajaron al extremo, fueron displicentes en su mayoría y soberbios algunos antes y después del partido. Otros como Aristi, aceptó la derrota como justa, reconoció errores y culpas propias y virtudes del rival.

Salvo los casos más que comprobados de Oscar Passo y William Zapata, los jugadores no son malos ni troncos, pero son estos baches y en este tipo de partidos los que dejan su más profundo dolor en la hinchada y las protestas de este tipo.

Todo pasa por la actitud y la motivación de los jugadores. El equipo funciona cuando a los jugadores les da la gana de jugar y hacer las cosas bien. El problema es que no siempre o no tan seguidamente, les da la gana.

+ El Técnico. Buenos cambios, algunos tal vez demorados, propios de la pasividad y paciencia marca Quintabani. Sin embargo a veces pareciera que le faltara hablarles más a sus jugadores y despertarlos del letargo.

+ El D.T. de la Selección Colombia. Innombrable. Personaje no grato en la ciudad de Medellín y mucho menos en “Casa Verde” por sus oscuras y claras intenciones de hacerle daño al equipo.
Cualquiera de los convocados podía actuar un día antes o el mismo día del partido de Nacional sin importar donde fuera o el viaje que le representara, pero los jugadores del Verde por ningún motivo podían jugar.

+ Víctor Marulanda. Ojo porque no es un ataque mío, es una responsabilidad asumida por el propio presidente terminado el partido. Como el propio Víctor declaró, la derrota empezó por él al no haber exigido la presencia de Vélez y Amaya. Fue una humillación e irrespeto por parte de la Selección Colombia, dejar que los jugadores estuvieran en el estadio pero no en el encuentro siendo de conocimiento para todos, la falta que harían y lo notorio de sus ausencias.

+ La Hinchada. No es responsable de la derrota, por el contrario fue lo único rescatable como suele suceder en los peores momentos. Nunca se dejó apoyar y alentar al equipo, inclusive tras recibir los goles y se pidió que pusieran g… sin necesidad de p…

En lo que si quiero hacer muy claro es en lo siguiente: Jamás dejaré de apoyar al equipo o de pedirles a ustedes que abandonemos -es más espero ver El Palogrande y El Campín lleno de Verdolagas-, ni de guardar un poco de esperanza (prueba de ello es el paso a la final del semestre pasado) por más complicado que esté en panorama; pero en lo que si estoy claro, es que así se gané y se remonte la serie, no celebraré ese triunfo.

El dolor no es por el 2-3, el dolor es por la pobre presentación del equipo y sus jugadores. Lo del miércoles no se los perdono nunca más, así queden campeones. Una cosa es perder “mostrando algo” como contra Cúcuta y otra muy distinta perder de la manera tan infame e inadmisible como la del sufrida en el evento internacional.

Remontar la serie y pasar de ronda no es imposible, hemos logrado “milagros” de mayor magnitud y complejidad, Bogotá es segunda casa Verde así algunos quieran o no, así les duela a quienes les duela; el problema insisto, es que los jugadores encuentren esa motivación que supuestamente falta para entregarse al 100% en la cancha de El Campín.


Quienes a Manizales y quienes a Bogotá. Aclaraciones pertinentes.
Vamos por partes y empecemos el lesionado: Diego Toro.
El volante de marca, con destacada actuación a lo largo del torneo, sufrió un esguince de segundo grado en su pierna derecha y estará ausente mínimo entre un mes y medio o dos meses. Aún está pendiente por practicarle una resonancia magnética que permita conocer a profundidad el grado de la lesión y tiempo total de recuperación.

Este caso se me hace muy similar al de Felipe Chará, justo se lesiona en su mejor momento. En aquella oportunidad Toro reemplazó a Chará con creces, esperemos que quien vaya a reemplazar a Diego haga lo propio y no deje a “Ringo” solo contra el mundo.

Marlon Piedrahíta aún debe una fecha de sanción, pero podrá ser de la partida en Manizales gracias a la convocatoria de los dos jugadores a la Selección.

Esteven Vélez y José Amaya estarán concentrados hasta el miércoles 12, mientras que Iván Hurtado jugará el sábado en Quito, viajará a El Salvador pero no jugará el miércoles, sin embargo debe permanecer con la Selección hasta que termine la convocatoria. Los tres jugadores podrán ser tenidos en cuenta por Quintabani para el partido de vuelta de la Sudamericana, al igual que Humberto Mendoza pues solo debía cumplir una fecha de sanción.

Algunos dicen que Vélez y Amaya no pueden jugar pues serían dos partidos en dos días seguidos. Mi perspectiva al respecto es que, aparte de dejar de una vez por todas las contemplaciones de este tipo, ambos son una necesidad para el equipo y no tienen reemplazo. Además si Quintabani quiere clasificar debe jugarse el todo por el todo y para eso debe utilizar a los jugadores en mención. No se pueden dar más ventajas.


En la parte deportiva, Nacional regresó a prácticas ayer por la mañana. Se hizo la normal recuperación física y el técnico, hoy, empezó a mirar las alternativas que tiene para el partido ante el Once Caldas en Manizales, a jugarse este domingo a las 5:30 p.m.

Teniendo en cuenta el plantel disponible en la actualidad, la más segura nómina titular en el Palogrande sería con: David Ospina; Camilo Zúñiga, Humberto Mendoza, Oscar Passo, Marlon Piedrahíta; Harold Martínez, William Zapata, Aldo Leao Ramírez, Fernando Martel; Víctor Aristizábal y Sergio Galván.

Mientras tanto la nómina en Bogotá sería con: David Ospina; Camilo Zúñiga, Iván Hurtado, Humberto Mendoza, Esteven Vélez; José Amaya, Harold Martínez, Aldo Leao Ramírez, Sergio Galván; Víctor Aristizábal y Carmelo Valencia.

Obviamente ambas nóminas están pendientes de la confirmación y lo que pueda suceder en estos días previos a los compromisos.


Refrescando la SELECTIVA memoria azul
Leyendo comentarios, se me hizo demasiado sugestivo y curioso que fueran los propios hinchas azules los que reclamaran enfáticamente por el pésimo arbitraje del miércoles.

Es cierto que debió expulsar a David Ospina y a Víctor Aristizábal, pero lo que ellos no dicen es que también debió expulsar a Bedoya que se cansó de pegar, fue muy permisivo con el rival quemando tiempo, ni siquiera le llamó la atención a Mario Vanemerak que como por variar acudió al juego sucio y mañoso que lo convirtió en “ídolo” y tampoco pitó un claro penal de Bedoya por codazo a Zúñiga.

Aunque el problema también empieza por los clubes -especialmente Nacional- al dejarse anotar ese golazo de la C.S.F. nombrando a un personaje tan nefasto, con pésimos antecedentes en el torneo local no muy lejanos. Increíble que Hoyos después de ser uno de los árbitros de la final paisa 2004 -y su posterior destape en Semana-, y con lo sucedido el torneo pasado, siga siendo árbitro FIFA en Colombia.

Pero, ¿Quiénes se creen los de Millonarios para exigir correctos arbitrajes? ¿Los mismos que quedaron con la cabeza GACHA en sus dos últimos campeonatos y hoy critican al CHEQUE García? ¡Imposible!. Aunque el viejo dicho reza que: “Ladrón juzga por su condición” y vaya si les sienta bien.

El siguiente texto, NO es de mi autoría, pero les puede ayudar a entender mejor o recordar, lo mencionado:

“Tal vez el clímax del enfrentamiento entre verdes y azules en la historia del fútbol colombiano, se traslada hacia finales de la década del 80 cuando los técnicos de ambos conjuntos eran Francisco Maturana y Luis Augusto García. Era tiempos en que entre ambos clubes decidían los mejores logros para el balompié colombiano y en que cada uno, exponiendo lo suyo, quería quedarse con la gloria sin dejarle nada a su rival.

Millonarios quedó campeón en 1987 y 1988 dejando atrás a Atlético Nacional y a los hinchas verdolagas aún les duele la forma en que los embajadores conquistaron el título del 88 por goles, puesto que ambos elencos quedaron empatados en puntos, e inclusive en bonificación (1.25 para cada uno) y fue la diferencia de tantos la que inclinó la estrella a favor de los dirigidos por el Chiqui García.

Pero no es solamente ese dato el que dispara la animadversión hacia ese título por parte de los verdes. Quedan frescos en el recuerdo varios capítulos nefastos en la historia de nuestro fútbol que permitieron que la estrella de 88 quedara en Bogotá y no viniera a Medellín. El primero de ellos fue un gol de América de Cali de Ceferino Peña a Millonarios en Bogotá que fue anulado porque Ricardo Gareca estaba en posición adelantada cuando el delantero americano ni siquiera impedía la visión del portero embajador. Esa noche Millos ganó 3-2 y el partido era para el empate.

Otra noche capitalina, el delantero Rubén Darío Hernández a falta de poco tiempo para acabar el partido clásico del fútbol bogotano ante Santa Fe, se fue solo hacia el arco cardenal y 10 metros antes de entrar al área le cometieron falta que el juez sancionó como penalti. Una injusticia tan grande como el mismo estadio terminó con el triunfo de Millonarios.

Otra noche en Bogotá, en ese mismo cuadrangular final en el que participaba Nacional, Millonarios necesitó que al Cúcuta Deportivo le expulsarán cuatro jugadores para que le pudieran meter cuatro goles y comenzar a inclinar la tabla del promedio de goles a su favor, porque ya se sabía que como no había más enfrentamientos directos (Nacional el 4 de diciembre en Medellín los había vencido 3-1), los goles decidían el torneo.

Por último, en la última fecha, mientras a Nacional le empataban en Bogotá los santafereños mediante un tanto en fuera de lugar de Sergio Angulo (Nacional ganaba 1-0 con gol de Galeano), en Barranquilla a Junior le anularon dos goles clarísimos que le entregaban a los embajadores la última corona de su añejo imperio.

Posteriormente llegaron los partidos en 1989 de la Libertadores y es el actual técnico capitalino Mario Vanemerack quien manifiesta que en el partido de vuelta en Bogotá a Millonarios le dejaron de pitar dos penaltis que, en su criterio debieron sancionarse, aunque quedan más en la memoria las palabras de hombres de verdad como el Guajiro Arnoldo Iguarán quien al finalizar el compromiso le dijo al técnico Maturana: “Ganó el mejor, vayan por el título”.

Lastimosamente la rivalidad decreció por cuanto Millonarios desde esos días prácticamente se convirtió en un habitante perenne del fondo de la tabla de posiciones del rentado colombiano, en donde está a un año de completar dos décadas sin celebrar. El otrora gran equipo hoy simplemente vive de su pasado y sus hinchas por eso fecha tras fecha reclaman el protagonismo que supieron tener. Aunque quienes hoy en día lo reclaman, jamás lo hayan visto.”

De esos conicidenciales acontecimientos nadie (de ellos) se acuerda. De Silva si.
Memoria selectiva (e hipocresía) que llaman.


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