Tomado de: http://espn.go.com/video/clip?id=5863140
There's only one thing Will Power can do for an encore in 2011. What else is up across racing? Here's your comprehensive look at all things motorsports.
©2010 ESPN Internet Ventures
martes, diciembre 28, 2010
lunes, diciembre 27, 2010
"Volver a Nacional es un regalo de navidad": 'Sachi' Escobar
Tomado de: http://www.futbolred.com/liga-postobon/noticias/finalvuelta10ii/volver-a-nacional-es-un-regalo-de-navidad-sachi-escobar/8673900
Autor: Juan Diego Ortiz Jiménez
Santiago Escobar se mostró muy contento por su regreso a Atlético Nacional.
El timonel verde no ocultó su alegría por regresar al club con el que fue campeón en 2005.
Luego de la sorpresiva contratación de Santiago Escobar como técnico de Atlético Nacional por parte de la directiva del club, el timonel habló acerca de su regreso a la institución donde ya brilló y donde su hermano, el fallecido Andrés, es uno de los grandes ídolos históricos de la afición.
'Sachi' se mostró bastante contento por regresar al banquillo técnico verdolaga y aseguró que en los próximos días iniciará su labor al frente del equipo profesional, primero definiendo, al lado de la junta directiva, la plantilla del primer equipo que enfrentará el 2011 y luego iniciará el diseño de la pretemporada que el equipo arrancará en los primer días del próximo año.
Este fue el dialogo que mantuvo Futbolred.com poco después de la confirmación de Escobar como técnico de Atlético Nacional:
Futbolred: ¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como nuevo técnico de Atlético Nacional?
Santiago Escobar: "La verdad es que estoy muy contento. Para mí era un anhelo volver a Nacional, así que esto para mí es un regalo de navidad".
Futbolred: ¿Cómo se dio su llegada a Atlético Nacional?
S.E.: "Hace algunos meses yo supe del interés del club y luego recibí la llamada de un miembro del Comité Ejecutivo y le dije que estaba dispuesto a volver a Atlético Nacional, que es una gran institución. En la mañana del 24 de diciembre tuve una conferencia con todos los miembros del Comité y ellos me ratificaron el interés, me dijeron que querían contar conmigo y yo me puse muy contento y rápidamente llegamos a un acuerdo".
Futbolred: ¿Qué planes tiene para el futuro cercano con el equipo?
S.E.: "La otra semana tendré una reunión con el presidente y empezaremos a discutir el tema de la pretemporada y de la plantilla. Hasta el momento la directiva ha tomado unas decisiones. Yo ahora quiero hacer algunas sugerencias para ir depurando la nómina y contratando algunos refuerzos. Luego empezaré a diseñar la pretemporada del equipo que seguramente desarrollaremos en la sede que tiene el club en Guarne".
Futbolred: Usted había expresado su deseo de sacar provecho de las divisiones inferiores porque los jugadores extranjeros y de renombre son muy caros, sin embargo se necesitan algunos, ¿en qué posiciones cree que necesita contratar jugadores de gran cartel?
S.E.: "Eso es un tema que debo discutir con la directiva. Debemos conocer la plantilla y ahí sabremos en qué posiciones deberán llegar los refuerzos a Nacional. Sin embargo yo daré mi opinión y luego se hará el conducto regular de contratación a través del presidente. Sin embargo intentaremos ser muy herméticos con este tema y solo anunciar a los jugadores cuando se firmen los contratos, para no entrar en este juego que normalmente se da. Sin embargo va a ser prioridad darles la oportunidad a los jugadores jóvenes acompañados de algunos hombres de experiencia. Nacional tiene muy buenos jugadores en las inferiores, hay una muy buena base que debe ser complementada con hombres de experiencia y peso".
Juan Diego Ortiz Jiménez
Corresponsal Futbolred.com
Medellín
Autor: Juan Diego Ortiz Jiménez
Santiago Escobar se mostró muy contento por su regreso a Atlético Nacional.
El timonel verde no ocultó su alegría por regresar al club con el que fue campeón en 2005.
Luego de la sorpresiva contratación de Santiago Escobar como técnico de Atlético Nacional por parte de la directiva del club, el timonel habló acerca de su regreso a la institución donde ya brilló y donde su hermano, el fallecido Andrés, es uno de los grandes ídolos históricos de la afición.
'Sachi' se mostró bastante contento por regresar al banquillo técnico verdolaga y aseguró que en los próximos días iniciará su labor al frente del equipo profesional, primero definiendo, al lado de la junta directiva, la plantilla del primer equipo que enfrentará el 2011 y luego iniciará el diseño de la pretemporada que el equipo arrancará en los primer días del próximo año.
Este fue el dialogo que mantuvo Futbolred.com poco después de la confirmación de Escobar como técnico de Atlético Nacional:
Futbolred: ¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como nuevo técnico de Atlético Nacional?
Santiago Escobar: "La verdad es que estoy muy contento. Para mí era un anhelo volver a Nacional, así que esto para mí es un regalo de navidad".
Futbolred: ¿Cómo se dio su llegada a Atlético Nacional?
S.E.: "Hace algunos meses yo supe del interés del club y luego recibí la llamada de un miembro del Comité Ejecutivo y le dije que estaba dispuesto a volver a Atlético Nacional, que es una gran institución. En la mañana del 24 de diciembre tuve una conferencia con todos los miembros del Comité y ellos me ratificaron el interés, me dijeron que querían contar conmigo y yo me puse muy contento y rápidamente llegamos a un acuerdo".
Futbolred: ¿Qué planes tiene para el futuro cercano con el equipo?
S.E.: "La otra semana tendré una reunión con el presidente y empezaremos a discutir el tema de la pretemporada y de la plantilla. Hasta el momento la directiva ha tomado unas decisiones. Yo ahora quiero hacer algunas sugerencias para ir depurando la nómina y contratando algunos refuerzos. Luego empezaré a diseñar la pretemporada del equipo que seguramente desarrollaremos en la sede que tiene el club en Guarne".
Futbolred: Usted había expresado su deseo de sacar provecho de las divisiones inferiores porque los jugadores extranjeros y de renombre son muy caros, sin embargo se necesitan algunos, ¿en qué posiciones cree que necesita contratar jugadores de gran cartel?
S.E.: "Eso es un tema que debo discutir con la directiva. Debemos conocer la plantilla y ahí sabremos en qué posiciones deberán llegar los refuerzos a Nacional. Sin embargo yo daré mi opinión y luego se hará el conducto regular de contratación a través del presidente. Sin embargo intentaremos ser muy herméticos con este tema y solo anunciar a los jugadores cuando se firmen los contratos, para no entrar en este juego que normalmente se da. Sin embargo va a ser prioridad darles la oportunidad a los jugadores jóvenes acompañados de algunos hombres de experiencia. Nacional tiene muy buenos jugadores en las inferiores, hay una muy buena base que debe ser complementada con hombres de experiencia y peso".
Juan Diego Ortiz Jiménez
Corresponsal Futbolred.com
Medellín
COPYRIGHT © 2010 CEET
me alegra la contratación del Sachi, y lo digo porque tengo la imagen grabada en la mente cuando el verde le gano a Santa Fe en Medellin y el Sachi celebró esos dos goles con tanta emoción y tanto sentimiento, y todos los hinchas estuvimos felices porque el técnico campeón fuera el hermano del Caballero Andrés Escobar... fue un momento muy emotivo... se vió que el Sachi siente la camiseta... y no nos olvidemos que fue Chicho en coordinación con Aristi, Mendoza y Ringo los que sacaron a Sachi... nunca estuve de acuerdo con la salida de Sachi... ahora me preocupa, como va a manejar el Sachi a Mendoza? como trabaja uno con alguien que sabe que le hizo el cajón?
por aca en mis recortes de prensa tengo lo que escribió el Sachi como balance del año 2005, a ver, a ver, si, por aquí está....
jueves, diciembre 23, 2010
All Hail Barcelona
Tomado de: http://www.slate.com/id/2278915/
Autor: Brian Phillips
The beauty and majesty of the world's greatest soccer team.
There's a special feeling of euphoria, a kind of Olympian giddiness, that soccer fans experience while watching F.C. Barcelona. Soccer takes great athletes and makes them artificially clumsy—forces them to show what they can do, in effect, with both arms tied behind their backs. It's a game of tricks, one that turns the simplest action, just keeping possession of the ball, into a perilous high-wire act. But Barcelona pass the ball, and pass the ball, and pass the ball—938 times in their recent 5-0 win over Real Sociedad—and invert defenses as casually as if they were rotating a kaleidoscope. It's not just that they make it look easy. It's that three years into their reign as the world's best soccer team, they still haven't realized they're playing 50 feet above the ground.
Barcelona doesn't just play the loveliest soccer of any team in the world. They also win, and win, and win. Under Pep Guardiola, the beloved former team captain who took over as manager in 2008, Barcelona has won: 108 games (and lost 13), one Champions League title, two Spanish league titles, one FIFA Club World Cup, one UEFA Super Cup, one Copa del Rey, and two Supercopa de España trophies. (Again, that's since 2008.) Barcelona has the best player in the world, Lionel Messi, a tiny Argentine dynamo who moved to Spain as a child after the club volunteered to pay the medical bills to treat his growth-hormone disorder, and whose talent has since expanded along such a mytho-surrealist axis that I once heard a commentator react to one of his moments of brilliance by roaring, "He's like a little, short-legged bull, covered with eyes!" An unusually large number of Barcelona stars have been with the club since childhood: La Masia, the club's training academy, is so good that all three current finalists for the Ballon d'Or, the prestigious European Footballer of the Year award, are graduates. (And all three, of course, play for Barcelona.) Six of the 11 players who started in the World Cup final for Spain were Barcelona players, including Andrés Iniesta, who scored the tournament-winning goal. Barcelona has won its last five league matches by a combined score of 26-1.
There is an aura of innocent success, Galahad-like and dazzling, around everything Barcelona does. It's enough to drive anyone crazy, and if you're Inter, Barcelona's only serious rival for the title of Club of the Moment (five straight Italian championships, a win over Barcelona in the Champions League last year, vastly less media attention), it could push you toward bitterness and drink. But while the club's narrative machine has succeeded in injecting its program—healing the sick, hoisting the Grail, etc.—into just about every conduit of hype in global sports media, the team attracts shockingly little cognoscenti snark. That may be because, in contrast with their geographic and political and social and cosmic rivals at Real Madrid, Barcelona's stars are curiously blank. Cristiano Ronaldo, Madrid's fashion action-figure, is a photo shoot waiting to happen, his collar eternally popped. Does anyone, by contrast, know what Leo Messi thinks? Earlier this year, an English tabloid ran a fake story that claimed Messi had formed an Oasis cover band and was touring in secret, and a lot of people believed it, because, well, why not? Barcelona has, if anything, encouraged this semi-anonymity by building its long-term plans around training-academy stalwarts and selling the global superstars—Ronaldinho, Henry, Eto'o, Ibrahimivoc—with more memorable egos.
Advertisement
To understand how beloved Barcelona is among soccer aficionados, it's necessary to know something about the tension between idealism and pragmatism that runs through the modern history of the game. There is a deep-seated suspicion among soccer folk that the style of play that people like to watch—fluent, attacking; "positive," as commentators say—is actually not very well-suited to winning matches in the modern era. To win, the thinking goes, you have to be defensively organized, cautious, cagey. You must tackle hard and pick moments to attack out of the natural chaos of the game rather than trying to shape or control it. This line of reasoning runs roughly in parallel with American sports clichés about sound fundamentals and defense winning championships. The history of international soccer, too, is littered with stricken bohemians (Holland '74, Brazil '82, Arsenal 2005-10 inclusive) who played stylishly, seduced the world, and failed. Great teams of recent vintage—particularly Jose Mourinho's Chelsea and Inter sides—have built from the back and won, first and foremost, by not giving anything up.
The crash-and-boot style is effective, but it's not a lot of fun. Or, to put it another way, it takes the game a long way from its (high) potential for grace, or poetry, or wonder. Barcelona, gracefully and wonderfully, has circumvented this entire bloc of conventional wisdom. They win, and they win by playing as fluent, attacking, and positive a game as you will ever see in soccer. Guardiola's tiki-taka tactics call for huge amounts of ball possession—it's not uncommon for their possession-percentage stat in a match to reach the upper 70s—lacework passing, and relentless build-up culminating in quick, precise attacks. Barcelona's slow, sliding, endlessly reconfiguring patterns overturn another sports cliché as well. We're used to thinking of individual brilliance as flamboyant and exciting and of team play as disciplined and methodical, but Barcelona's personally affectless stars (who are, obviously, not lacking in individual brilliance) move the ball so clairvoyantly around the pitch that the team itself becomes an instrument of flair.
You could see the Barcelona style in full force last month against Madrid, in a match that Barcelona, of course, won 5-0. It was a mesmerizing display of off-handedly beautiful ruthlessness, produced against one of the most expensive and star-laden teams in the world. Soccer games tend to look half-accidental; here, the ball seemed to slide along the tines of a spiderweb in perfect submission to Barcelona's will. The hallmark of Barcelona's game is intricate midfield play, and the 4-3-3 wheeled around Xavi, the team's subtle, ingenious playmaker, while the advanced players spread calamity throughout Madrid's back line. Whenever an opening appeared, half the team poured through it. Usually, somebody scored.
There's a weird sort of terrestrial magic that descends on matches in which one team has perfect control of the ball. You're not just watching a trick; you're watching an unbelievable trick, a trick that makes you doubt your own eyes. In the 10th minute against Madrid, Iniesta took the ball and dribbled forward, fast, down the left center of the pitch. Four Madrid defenders converged toward him, and he sort of bounced back and cut inside, about 20 yards out from the goal, nudging the ball toward the middle of the pitch while the cluster of defenders lurched slightly, trying to follow the change of momentum and deciding whether to stay with Iniesta or follow David Villa, Barcelona's striker, who was starting to drift ahead of them. Their moment of indecision opened up a gap just as Xavi went surging into the area, and Iniesta slid a through ball between the four defenders in front of him and just out of reach of the two defenders between that group and Xavi. But the ball, maybe by accident, clipped Xavi in the back of the heel, and he somehow, again maybe by accident, used the back of his foot to flip the ball into the air and over his head, and then, while simultaneously running forward, maybe two feet from the goalkeeper now, caught the overhead-looping ball as it fell, with the front of the same foot he'd just back-heeled it with, the ball still not having touched the ground, and flipped it up into the air again, this time over the goalkeeper and neatly into the net. It was a giddy thing to see, and after the match, Madrid coach Jose Mourinho confessed that Barcelona's swarming attack made Madrid feel "impotent."
Of course, there's some financial clockwork grinding behind the magic. Easily the strangest thing about Barcelona is the way its marketing-behemoth subdivision cannibalizes the team's achievements while simultaneously enabling them. Barcelona is més que un club, more than a club, as its motto goes, because it holds itself to a high standard, both aesthetically and in its self-conceived role within Catalan culture. (During the early Franco years, when Catalonia's regional identity was suppressed, its stadium was one of the few places where Catalan could be spoken in public.) But Barcelona is able to meet this high standard largely because its més que un club identity is a lucrative brand—the club earned almost $600 million last season on the back of schoolboy-hero narratives and carefully packaged virtues—that in turn allows it to keep pace with its more clay-footed rivals. The club frequently comes under minor fire for perceived hypocrisies that would barely register at, say, Manchester United—selling a shirt sponsorship, as it did for the first time this year, or shilling for Qatar's World Cup bid. The paradox being, of course, that if you're going to use Messi to dazzle the world as part of a program of sports-transcending cultural enrichment, you have to be able to afford Messi, which means occasionally steering your white stallion down the avenues of plain old enrichment.
Well, the world is the world, and the give-and-take between commercialism and joy, between sentimentalism and rapture, between authentic awe and Bridgestone Awesome Moments™, is a defining feature of modern sports. At the very least, Barcelona manages the juggling act with as much aplomb as anyone. It's one more trick they pull off while they're hanging in the air below the big top, keeping their balance, putting on their unforgettable show.
© Copyright 2010 Washington Post.Newsweek Interactive Co. LLC
The beauty and majesty of the world's greatest soccer team.
There's a special feeling of euphoria, a kind of Olympian giddiness, that soccer fans experience while watching F.C. Barcelona. Soccer takes great athletes and makes them artificially clumsy—forces them to show what they can do, in effect, with both arms tied behind their backs. It's a game of tricks, one that turns the simplest action, just keeping possession of the ball, into a perilous high-wire act. But Barcelona pass the ball, and pass the ball, and pass the ball—938 times in their recent 5-0 win over Real Sociedad—and invert defenses as casually as if they were rotating a kaleidoscope. It's not just that they make it look easy. It's that three years into their reign as the world's best soccer team, they still haven't realized they're playing 50 feet above the ground.
Barcelona doesn't just play the loveliest soccer of any team in the world. They also win, and win, and win. Under Pep Guardiola, the beloved former team captain who took over as manager in 2008, Barcelona has won: 108 games (and lost 13), one Champions League title, two Spanish league titles, one FIFA Club World Cup, one UEFA Super Cup, one Copa del Rey, and two Supercopa de España trophies. (Again, that's since 2008.) Barcelona has the best player in the world, Lionel Messi, a tiny Argentine dynamo who moved to Spain as a child after the club volunteered to pay the medical bills to treat his growth-hormone disorder, and whose talent has since expanded along such a mytho-surrealist axis that I once heard a commentator react to one of his moments of brilliance by roaring, "He's like a little, short-legged bull, covered with eyes!" An unusually large number of Barcelona stars have been with the club since childhood: La Masia, the club's training academy, is so good that all three current finalists for the Ballon d'Or, the prestigious European Footballer of the Year award, are graduates. (And all three, of course, play for Barcelona.) Six of the 11 players who started in the World Cup final for Spain were Barcelona players, including Andrés Iniesta, who scored the tournament-winning goal. Barcelona has won its last five league matches by a combined score of 26-1.
There is an aura of innocent success, Galahad-like and dazzling, around everything Barcelona does. It's enough to drive anyone crazy, and if you're Inter, Barcelona's only serious rival for the title of Club of the Moment (five straight Italian championships, a win over Barcelona in the Champions League last year, vastly less media attention), it could push you toward bitterness and drink. But while the club's narrative machine has succeeded in injecting its program—healing the sick, hoisting the Grail, etc.—into just about every conduit of hype in global sports media, the team attracts shockingly little cognoscenti snark. That may be because, in contrast with their geographic and political and social and cosmic rivals at Real Madrid, Barcelona's stars are curiously blank. Cristiano Ronaldo, Madrid's fashion action-figure, is a photo shoot waiting to happen, his collar eternally popped. Does anyone, by contrast, know what Leo Messi thinks? Earlier this year, an English tabloid ran a fake story that claimed Messi had formed an Oasis cover band and was touring in secret, and a lot of people believed it, because, well, why not? Barcelona has, if anything, encouraged this semi-anonymity by building its long-term plans around training-academy stalwarts and selling the global superstars—Ronaldinho, Henry, Eto'o, Ibrahimivoc—with more memorable egos.
Advertisement
To understand how beloved Barcelona is among soccer aficionados, it's necessary to know something about the tension between idealism and pragmatism that runs through the modern history of the game. There is a deep-seated suspicion among soccer folk that the style of play that people like to watch—fluent, attacking; "positive," as commentators say—is actually not very well-suited to winning matches in the modern era. To win, the thinking goes, you have to be defensively organized, cautious, cagey. You must tackle hard and pick moments to attack out of the natural chaos of the game rather than trying to shape or control it. This line of reasoning runs roughly in parallel with American sports clichés about sound fundamentals and defense winning championships. The history of international soccer, too, is littered with stricken bohemians (Holland '74, Brazil '82, Arsenal 2005-10 inclusive) who played stylishly, seduced the world, and failed. Great teams of recent vintage—particularly Jose Mourinho's Chelsea and Inter sides—have built from the back and won, first and foremost, by not giving anything up.
The crash-and-boot style is effective, but it's not a lot of fun. Or, to put it another way, it takes the game a long way from its (high) potential for grace, or poetry, or wonder. Barcelona, gracefully and wonderfully, has circumvented this entire bloc of conventional wisdom. They win, and they win by playing as fluent, attacking, and positive a game as you will ever see in soccer. Guardiola's tiki-taka tactics call for huge amounts of ball possession—it's not uncommon for their possession-percentage stat in a match to reach the upper 70s—lacework passing, and relentless build-up culminating in quick, precise attacks. Barcelona's slow, sliding, endlessly reconfiguring patterns overturn another sports cliché as well. We're used to thinking of individual brilliance as flamboyant and exciting and of team play as disciplined and methodical, but Barcelona's personally affectless stars (who are, obviously, not lacking in individual brilliance) move the ball so clairvoyantly around the pitch that the team itself becomes an instrument of flair.
You could see the Barcelona style in full force last month against Madrid, in a match that Barcelona, of course, won 5-0. It was a mesmerizing display of off-handedly beautiful ruthlessness, produced against one of the most expensive and star-laden teams in the world. Soccer games tend to look half-accidental; here, the ball seemed to slide along the tines of a spiderweb in perfect submission to Barcelona's will. The hallmark of Barcelona's game is intricate midfield play, and the 4-3-3 wheeled around Xavi, the team's subtle, ingenious playmaker, while the advanced players spread calamity throughout Madrid's back line. Whenever an opening appeared, half the team poured through it. Usually, somebody scored.
There's a weird sort of terrestrial magic that descends on matches in which one team has perfect control of the ball. You're not just watching a trick; you're watching an unbelievable trick, a trick that makes you doubt your own eyes. In the 10th minute against Madrid, Iniesta took the ball and dribbled forward, fast, down the left center of the pitch. Four Madrid defenders converged toward him, and he sort of bounced back and cut inside, about 20 yards out from the goal, nudging the ball toward the middle of the pitch while the cluster of defenders lurched slightly, trying to follow the change of momentum and deciding whether to stay with Iniesta or follow David Villa, Barcelona's striker, who was starting to drift ahead of them. Their moment of indecision opened up a gap just as Xavi went surging into the area, and Iniesta slid a through ball between the four defenders in front of him and just out of reach of the two defenders between that group and Xavi. But the ball, maybe by accident, clipped Xavi in the back of the heel, and he somehow, again maybe by accident, used the back of his foot to flip the ball into the air and over his head, and then, while simultaneously running forward, maybe two feet from the goalkeeper now, caught the overhead-looping ball as it fell, with the front of the same foot he'd just back-heeled it with, the ball still not having touched the ground, and flipped it up into the air again, this time over the goalkeeper and neatly into the net. It was a giddy thing to see, and after the match, Madrid coach Jose Mourinho confessed that Barcelona's swarming attack made Madrid feel "impotent."
Of course, there's some financial clockwork grinding behind the magic. Easily the strangest thing about Barcelona is the way its marketing-behemoth subdivision cannibalizes the team's achievements while simultaneously enabling them. Barcelona is més que un club, more than a club, as its motto goes, because it holds itself to a high standard, both aesthetically and in its self-conceived role within Catalan culture. (During the early Franco years, when Catalonia's regional identity was suppressed, its stadium was one of the few places where Catalan could be spoken in public.) But Barcelona is able to meet this high standard largely because its més que un club identity is a lucrative brand—the club earned almost $600 million last season on the back of schoolboy-hero narratives and carefully packaged virtues—that in turn allows it to keep pace with its more clay-footed rivals. The club frequently comes under minor fire for perceived hypocrisies that would barely register at, say, Manchester United—selling a shirt sponsorship, as it did for the first time this year, or shilling for Qatar's World Cup bid. The paradox being, of course, that if you're going to use Messi to dazzle the world as part of a program of sports-transcending cultural enrichment, you have to be able to afford Messi, which means occasionally steering your white stallion down the avenues of plain old enrichment.
Well, the world is the world, and the give-and-take between commercialism and joy, between sentimentalism and rapture, between authentic awe and Bridgestone Awesome Moments™, is a defining feature of modern sports. At the very least, Barcelona manages the juggling act with as much aplomb as anyone. It's one more trick they pull off while they're hanging in the air below the big top, keeping their balance, putting on their unforgettable show.
© Copyright 2010 Washington Post.Newsweek Interactive Co. LLC
martes, diciembre 07, 2010
Santín, Maggiolo, Mondaini y Córdoba, primeros licenciados en Nacional
Tomado de: http://www.futbolred.com/liga-postobon/noticias/cuadrangulares410ii/santin-maggiolo-mondaini-y-cordoba-primeros-licenciados-en-nacional-/8541720
Autor: Juan Diego Ortiz Jiménez
Además saldrá Carlos Pérez, aunque la lista que abandona el verde será más larga según el directivo Francisco Piña. "Siento frustración por no haber conseguido el título", dijo Santa.
Y la podadora siguió en Atlético Nacional. En la noche del lunes se conoció que José Fernando Santa no continuaría siendo el técnico del cuadro paisa luego del desastre en el cuadrangular semifinal. Las determinaciones siguieron con cinco jugadores que terminabán contrato el próximo 31 de diciembre.
El zaguero colombo uruguayo Sergio Damián Santín, los delanteros argentinos Marcos Mondaini y Ezequiel Maggiolo, el arquero Carlos El Enfermero Pérez y el volante David Córdoba, son los primeros elementos en salir del cuadro paisa.
"Me duele porque estaba contento acá y muy cómodo en la ciudad, pero no me gustó la manera como tomaron la decisión porque hacen parecer que solo nosotros somos los culpables", indicó Ezequiel Maggiolo que aceptó un interés de Atlético Junior por ficharlo para afrontar la Copa Libertadores 2011.
Otro que manifestó su dolor por la culminación de la campaña fue el técnico Santa que será notificado de su destitución luego de la reunión del Comité Ejecutivo en la tarde de este martes.
"Lamento no haberle colaborado más a la institución y vergüenza por no conseguir los resultados. Siento culpa cuando pierdo algún objetivo pero esto es parte del fútbol y lamentablemente no pudimos salir campeones", afirmó el timonel pereirano.
"Se trató de armar un equipo competitivo pero no pudimos llevar a cabo los objetivos que nos trazamos por un montón de situaciones que ocurrieron durante el torneo. Cuando los resultados no se dan, hay que revisar los errores que todos cometimos", añadió el estratega que tuvo un rendimiento del 51,5 por ciento en el Finalización.
Santa, vestido de civil, dirigió la práctica de este martes en el municipio de Sabaneta e hizo un boceto de la posible alineación que afrontará el penúltimo partido de la semifinal frente a Cúcuta este miércoles a las 5:30 p.m.. Aún no sabe si dirigirá los últimos dos juegos que faltan de los cuadrangulares.
La nómina sería con Gastón Pezzuti, Víctor Giraldo, Jossimar Mosquera, Humberto Mendoza, Marlon Piedrahita, Cristian Correa, Jair Iglesias, Daniel Santa, Dorlan Pabón, Edwin Cardona y Víctor Ibarbo. En todo caso, el interés en el 'verde' está en las oficinas y no en la cancha.
Juan Diego Ortiz Jiménez
Corresponsal Futbolred.com
Medellín
Autor: Juan Diego Ortiz Jiménez
Además saldrá Carlos Pérez, aunque la lista que abandona el verde será más larga según el directivo Francisco Piña. "Siento frustración por no haber conseguido el título", dijo Santa.
Y la podadora siguió en Atlético Nacional. En la noche del lunes se conoció que José Fernando Santa no continuaría siendo el técnico del cuadro paisa luego del desastre en el cuadrangular semifinal. Las determinaciones siguieron con cinco jugadores que terminabán contrato el próximo 31 de diciembre.
El zaguero colombo uruguayo Sergio Damián Santín, los delanteros argentinos Marcos Mondaini y Ezequiel Maggiolo, el arquero Carlos El Enfermero Pérez y el volante David Córdoba, son los primeros elementos en salir del cuadro paisa.
"Me duele porque estaba contento acá y muy cómodo en la ciudad, pero no me gustó la manera como tomaron la decisión porque hacen parecer que solo nosotros somos los culpables", indicó Ezequiel Maggiolo que aceptó un interés de Atlético Junior por ficharlo para afrontar la Copa Libertadores 2011.
Otro que manifestó su dolor por la culminación de la campaña fue el técnico Santa que será notificado de su destitución luego de la reunión del Comité Ejecutivo en la tarde de este martes.
"Lamento no haberle colaborado más a la institución y vergüenza por no conseguir los resultados. Siento culpa cuando pierdo algún objetivo pero esto es parte del fútbol y lamentablemente no pudimos salir campeones", afirmó el timonel pereirano.
"Se trató de armar un equipo competitivo pero no pudimos llevar a cabo los objetivos que nos trazamos por un montón de situaciones que ocurrieron durante el torneo. Cuando los resultados no se dan, hay que revisar los errores que todos cometimos", añadió el estratega que tuvo un rendimiento del 51,5 por ciento en el Finalización.
Santa, vestido de civil, dirigió la práctica de este martes en el municipio de Sabaneta e hizo un boceto de la posible alineación que afrontará el penúltimo partido de la semifinal frente a Cúcuta este miércoles a las 5:30 p.m.. Aún no sabe si dirigirá los últimos dos juegos que faltan de los cuadrangulares.
La nómina sería con Gastón Pezzuti, Víctor Giraldo, Jossimar Mosquera, Humberto Mendoza, Marlon Piedrahita, Cristian Correa, Jair Iglesias, Daniel Santa, Dorlan Pabón, Edwin Cardona y Víctor Ibarbo. En todo caso, el interés en el 'verde' está en las oficinas y no en la cancha.
Juan Diego Ortiz Jiménez
Corresponsal Futbolred.com
Medellín
COPYRIGHT © 2010 CEET
viernes, diciembre 03, 2010
América de Cali, pasión de un pueblo
Tomado de: http://es.fifa.com/classicfootball/clubs/club=1884002/index.html
Ciudad: Cali
Fundación: 13 de febrero de 1927
Sitio web oficial: www.america.com.co
La Pasión de un Pueblo... Ese es el apodo que sintetiza al América de Cali, el cuarto club más antiguo la primera división colombiana y el segundo más laureado. Por sus filas han pasado futbolistas exquisitos pero, para salir campeones por primera vez, debió ser exorcizado... FIFA.com presenta una historia tan particular como rica.
Nacimiento del club
Si bien la fecha oficial de la fundación de la Corporación América de Cali, como se lo conoce hoy en día, es el 13 de febrero de 1927, distintos historiadores del fútbol colombiano reconocen dos antecedentes relacionados con el nacimiento del club.
El primero data de 1918. El 21 de diciembre de ese año, ve la luz por primera vez, en un humilde barrio de la ciudad de Cali, el América Football Club. Su existencia fue efímera, lo que remite al segundo antecedente, que se remonta a 1923: un grupo de ex jugadores del América fundan Racing Club, llamado así por adoptar la camiseta blanca y celeste a rayas verticales de su homónimo argentino.
Entre estos últimos estaba Álvaro Cruz, quien junto a Hernán Zamorano Isaacs, serán los principales impulsores de readoptar el nombre de América cuatro años más tarde. De hecho, fue Isaacs, quien aquel 13 de febrero de 1927, se transformó en el primer presidente del América de Cali.
Mitos y realidades de una pasión
¿Cómo pasó el celeste y blanco al rojo que hoy lo identifica? Durante una gira por el interior del país en 1931, el plantel del América fue invitado en Barranquilla a ver un partido de basquetbol entre Unión Colombia y los Diablos Rojos. Impresionados por color de la camiseta de éstos últimos, los jugadores decidieron allí mismo adoptarlo como propio.
El diablo, incluso, se colaría en el escudo del club a principios de la década del '40. Sin embargo, fue durante el período de Gabriel Ochoa Uribe como técnico del club que, por cuestiones místicas, empezó a perder protagonismo, hasta desaparecer totalmente del emblema de la institución en 1992. Recién en 1997 el diablo volvió a formar parte de los símbolos y la ropa deportiva del club.
Pero la metafísica siempre ha estado ligada a la historia escarlata. La leyenda cuenta en 1948, aprobada la profesionalización del equipo, el asociado Benjamín Urrea, indignado, lanzo una maldición: "Que lo vuelvan profesional, que hagan del América lo que quieran, pero juro por mi Dios que nunca serán campeones...". Las risas socarronas de ese día no imaginaban la sequía que se avecinaba. Entonces, en 1978 un grupo de socios y el mismo Urrea decidieron exorcizar al club, buscando poner fin a la Maldición del Garabato. Y, creer o reventar, un año más tarde América ganó su primer título....
Este lauro abrió paso al período más glorioso del club. Dirigidos por Ochoa Uribe, con jugadores de la talla de Willington Ortíz, Anthony de Ávila, los paraguayos Juan Manuel Battaglia y Roberto Cabañas, y los argentinos Julio Falcioni y Ricardo Gareca, los Diablos Rojos monopolizaron el fútbol colombiano en los 80', logrando un inédito pentacampeonato entre 1982 y 1986, el último a costa de su clásico rival, el Deportivo Cali.
A este gran equipo sólo le faltó ganar la Copa Libertadores. Oportunidades no le faltó: alcanzó tres finales consecutivas, pero las perdió todas. En 1985, cayó por penales con Argentinos Juniors. En 1986, su verdugo fue el también argentino River Plate. Pero nunca estuvo tan cerca como en 1987, cuando un gol de Diego Aguirre a diez segundos del final del tercer partido le dio el trofeo al uruguayo Peñarol.
La década del 90' también fue exitosa. Gracias a talentos como Freddy Rincón, Jairo Castillo, Albeiro Usuriaga, Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Jerson González, el club alcanzó otros tres títulos y a su cuarta final de la Libertadores, aunque River Plate volvió a frustrar el sueño americano. Ese 1996, sin embargo, ocupó el segundo lugar en el ranking mundial de clubes, algo que ningún otro equipo colombiano ha podido igualar. En 1999 logró su primer lauro internacional, la Copa Merconorte.
El tricampeonato obtenido a comienzos de la década de 2000 lo hace, hasta ahora, el club más ganador del Siglo XXI en Colombia. Sin embargo, no ha podido festejar desde aquella vuelta olímpica en 2003 y, con 12 títulos, sigue segundo en el rubro, a uno de Millonarios.
El presente
América acaba de clasificarse para los cuadrangulares finales del Torneo Clausura, y espera acabar con seis años sin festejos. Los Diablos Rojos son candidatos a la corona, a punto tal que perdieron la final del Apertura 2008 con el Boyacá Chicó. Su otro gran objetivo es volver a la Libertadores, certamen que no juega desde 2005 y desvive tanto a dirigentes como simpatizantes.
El estadio
El estadio Olímpico Pascual Guerrero se inauguró 20 de julio de 1937, y lleva hoy el nombre del poeta que donó las tierras para su construcción, más allá de que su denominación inicial fuera Estadio Departamental. Tiene una capacidad de más de 45,000 espectadores y allí hacen de local tanto el América como el Deportivo Cali.
Copyright© 1994 - 2010 FIFA. Reservados todos los derechos
Ciudad: Cali
Fundación: 13 de febrero de 1927
Sitio web oficial: www.america.com.co
La Pasión de un Pueblo... Ese es el apodo que sintetiza al América de Cali, el cuarto club más antiguo la primera división colombiana y el segundo más laureado. Por sus filas han pasado futbolistas exquisitos pero, para salir campeones por primera vez, debió ser exorcizado... FIFA.com presenta una historia tan particular como rica.
Nacimiento del club
Si bien la fecha oficial de la fundación de la Corporación América de Cali, como se lo conoce hoy en día, es el 13 de febrero de 1927, distintos historiadores del fútbol colombiano reconocen dos antecedentes relacionados con el nacimiento del club.
El primero data de 1918. El 21 de diciembre de ese año, ve la luz por primera vez, en un humilde barrio de la ciudad de Cali, el América Football Club. Su existencia fue efímera, lo que remite al segundo antecedente, que se remonta a 1923: un grupo de ex jugadores del América fundan Racing Club, llamado así por adoptar la camiseta blanca y celeste a rayas verticales de su homónimo argentino.
Entre estos últimos estaba Álvaro Cruz, quien junto a Hernán Zamorano Isaacs, serán los principales impulsores de readoptar el nombre de América cuatro años más tarde. De hecho, fue Isaacs, quien aquel 13 de febrero de 1927, se transformó en el primer presidente del América de Cali.
Mitos y realidades de una pasión
¿Cómo pasó el celeste y blanco al rojo que hoy lo identifica? Durante una gira por el interior del país en 1931, el plantel del América fue invitado en Barranquilla a ver un partido de basquetbol entre Unión Colombia y los Diablos Rojos. Impresionados por color de la camiseta de éstos últimos, los jugadores decidieron allí mismo adoptarlo como propio.
El diablo, incluso, se colaría en el escudo del club a principios de la década del '40. Sin embargo, fue durante el período de Gabriel Ochoa Uribe como técnico del club que, por cuestiones místicas, empezó a perder protagonismo, hasta desaparecer totalmente del emblema de la institución en 1992. Recién en 1997 el diablo volvió a formar parte de los símbolos y la ropa deportiva del club.
Pero la metafísica siempre ha estado ligada a la historia escarlata. La leyenda cuenta en 1948, aprobada la profesionalización del equipo, el asociado Benjamín Urrea, indignado, lanzo una maldición: "Que lo vuelvan profesional, que hagan del América lo que quieran, pero juro por mi Dios que nunca serán campeones...". Las risas socarronas de ese día no imaginaban la sequía que se avecinaba. Entonces, en 1978 un grupo de socios y el mismo Urrea decidieron exorcizar al club, buscando poner fin a la Maldición del Garabato. Y, creer o reventar, un año más tarde América ganó su primer título....
Este lauro abrió paso al período más glorioso del club. Dirigidos por Ochoa Uribe, con jugadores de la talla de Willington Ortíz, Anthony de Ávila, los paraguayos Juan Manuel Battaglia y Roberto Cabañas, y los argentinos Julio Falcioni y Ricardo Gareca, los Diablos Rojos monopolizaron el fútbol colombiano en los 80', logrando un inédito pentacampeonato entre 1982 y 1986, el último a costa de su clásico rival, el Deportivo Cali.
A este gran equipo sólo le faltó ganar la Copa Libertadores. Oportunidades no le faltó: alcanzó tres finales consecutivas, pero las perdió todas. En 1985, cayó por penales con Argentinos Juniors. En 1986, su verdugo fue el también argentino River Plate. Pero nunca estuvo tan cerca como en 1987, cuando un gol de Diego Aguirre a diez segundos del final del tercer partido le dio el trofeo al uruguayo Peñarol.
La década del 90' también fue exitosa. Gracias a talentos como Freddy Rincón, Jairo Castillo, Albeiro Usuriaga, Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Jerson González, el club alcanzó otros tres títulos y a su cuarta final de la Libertadores, aunque River Plate volvió a frustrar el sueño americano. Ese 1996, sin embargo, ocupó el segundo lugar en el ranking mundial de clubes, algo que ningún otro equipo colombiano ha podido igualar. En 1999 logró su primer lauro internacional, la Copa Merconorte.
El tricampeonato obtenido a comienzos de la década de 2000 lo hace, hasta ahora, el club más ganador del Siglo XXI en Colombia. Sin embargo, no ha podido festejar desde aquella vuelta olímpica en 2003 y, con 12 títulos, sigue segundo en el rubro, a uno de Millonarios.
El presente
América acaba de clasificarse para los cuadrangulares finales del Torneo Clausura, y espera acabar con seis años sin festejos. Los Diablos Rojos son candidatos a la corona, a punto tal que perdieron la final del Apertura 2008 con el Boyacá Chicó. Su otro gran objetivo es volver a la Libertadores, certamen que no juega desde 2005 y desvive tanto a dirigentes como simpatizantes.
El estadio
El estadio Olímpico Pascual Guerrero se inauguró 20 de julio de 1937, y lleva hoy el nombre del poeta que donó las tierras para su construcción, más allá de que su denominación inicial fuera Estadio Departamental. Tiene una capacidad de más de 45,000 espectadores y allí hacen de local tanto el América como el Deportivo Cali.
Copyright© 1994 - 2010 FIFA. Reservados todos los derechos
Millonarios, El primer Embajador del fútbol colombiano
Tomado de: http://es.fifa.com/classicfootball/clubs/club=44210/index.html
Ciudad: Bogotá
Fundación: 18 de junio de 1946
Sitio Web Oficial: http://www.millonarios.com.co/
Reconocido unánimemente como el primer embajador del fútbol de su país, el Club Deportivo Los Millonarios necesitó apenas 64 años de vida para transformarse en una de las instituciones más ganadores y tradicionales de Colombia. FIFA.com resume su historia.
Nacimiento del club
El antecedente directo de Millonarios se llamó Club Deportivo Municipal, un equipo fundado en 1937 por un grupo de estudiantes del Colegio San Bartolomé La Merced de Bogotá. Los éxitos llegaron rápidamente y, un año después, representó a selección colombiana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe realizados en Ciudad de Panamá, donde se colgó la medalla de bronce.
Como los resultados siguieron acompañando hasta entrada la década del 40’, un grupo de personas encabezados por el Sr. Alfonso Senior pensaron en formalizar la creación del club. Con algo de ironía e inspirados en lo que ya por ese entonces era una tendencia, la incorporación de futbolistas extranjeros, se optó con llamar a la nueva institución Club Deportivo Los Millonarios, con fecha oficial de fundación el 18 de junio de 1946.
Mitos y realidades de una pasión
Acostumbrados ganar, los Albiazules encararon confiados la primera temporada profesional del fútbol colombiano en 1948, pero el campeón fue Santa Fe de Bogotá, que ya a esta altura era su clásico rival. Senior, ahora presidente, redobló la apuesta y, aprovechando una huelga de futbolistas en Argentina, contrató a Adolfo Pedernera, integrante de la famosa Máquina de River Plate.
“Me tildaron de loco, que cómo íbamos a pagar 5,000 dólares de prima y 500 de sueldo, que si quería seguir adelante lo hiciera bajo mi responsabilidad... El día que lo presenté, de saco y corbata, recaudamos 35,000 pesos, siete veces más que lo normal. Eran casi 18,000 dólares, así que resultó un negocio redondo”, recordaba Senior hace unos años.
Pedernera colaboró para llevar también a Alfredo Di Stéfano y Néstor Rossi, entre otros varios internacionales de renombre como el escocés Robert Flawell y el inglés Billy Higgins. El equipo, bajo la dirección técnica de Carlos Aldabe, practicó un fútbol excelso, ganando el título en 1949 así como también en 1951, 1952 y 1953, aunque éstos con Pedernera en la doble función de jugador y entrenador.
Ese Millonarios, apodado Ballet Azul, marcó el inicio del Dorado, como se lo conoció al momento más brillante del fútbol colombiano por nivel del juego y asistencia a los estadios. Su fama se extendió rápidamente, recibiendo invitaciones de todo el mundo. Pero fue su participación en la Campeonato de las Bodas de Oro del Real Madrid, en 1952, el que convirtió a aquel equipo en leyenda: tras vencer al campeón sueco IFK Norrköping 2-1, obtuvo el título al derrotar 4-2 los poderosos anfitriones con dos goles de Di Stéfano.
"Ese equipo era una máquina jugando a la pelota. Nadie le ponía la tapa a los europeos en ese entonces", recordaba tiempo atrás Di Stéfano, posteriormente comprado por el Real. En los próximos años, enfrentaría cincos veces más a los Merengues, con otras dos victorias y tres empates. De allí el sobrenombre de El Embajador... "Así les demostramos que realmente éramos mejores que ellos", afirmaba tiempo atrás Julio Cozzi, arquero del equipo.
La segunda era exitosa de Millonarios llegó de la mano de Gabriel Ochoa Uribe. Comenzó en 1959 y se extendió en la década del ’60, durante la cual Millonarios participó de la primera edición de la Copa Libertadores (terminó 4º) y sumó cuatro conquistas más, coronadas con el tetracampeonato de 1964, éste último con Efraín Sánchez como entrenador.
Con el regreso de Uribe en la banca y un inspirado Willington Ortiz sobre el campo de juego, Millonarios alcanzó las semifinales de la Libertadores en 1971 y 1972, y agregó este mismo año su décima estrella. Sin embargo, y más allá de sumar la décimo primera en 1978, los éxitos comenzaron a ser menos frecuentes.
De hecho, debió esperar hasta 1987 para dar otra vuelta olímpica, aunque lo hizo a lo grande, ganando todas y cada una de las etapas del torneo de ese ese año, así como también un par de Copas amistosas internacionales a las que fue invitado. Con más dificultades, alcanzó en 1988 su décimo tercer campeonato nacional, lo que aún hoy le permite ser, junto al América de Cali, el equipo más ganador de Colombia.
“Millonarios es grande por la gente... Yo fui parte del último título y todavía recuerdo, como si fuera ayer, el regreso desde Barranquilla y el viaje en colectivo hasta la concentración. Era un mundo de personas. Muchos jugadores jamás se dan cuenta de lo que hay detrás de esa institución”, afirmaba el argentino Mario Vanemerak, autor del gol de aquel campeonato.
El presente
Desde ese entonces, Millonarios ha transitado un camino con profundas crisis financieras y deportivas, apenas mitigadas por los subcampeonatos locales de 1994 y 1995 y la obtención de la Copa Merconorte en 2001, un año después de perder la final de ese mismo certamen. Tras no clasificar para las instancias finales por séptima vez consecutiva, el club acumula 22 años sin refrendar su hegemonía a nivel nacional. Indudablemente, parece demasiado poco para unos aficionados que, a pesar de esto, todavía esgrimen con orgullo que son el club que más puntos y triunfos ha logrado en la historia del fútbol colombiano.
El estadio
Millonarios juega de local desde siempre en el Estadio Nemesio Camacho “El Campín”, que fue fundado el 10 de agosto de 1938, en ocasión de los Juegos Bolivarianos, con un aforo inicial de 10,000 espectadores. Aunque sucesivas modificaciones elevaron su capacidad a 63,000, en la actualidad está habilitado para 46,000. Desde 1951, los Albiazules lo comparten con su clásico rival Santa Fe, aunque también ha sido usado por otros clubes para encuentros de Copa Libertadores. Además de sede de la Copa América en 2001, “El Campín” también ha sido usado en numerosas oportunidades por la selección absoluta para partidos de las eliminatorias mundialistas.
Ciudad: Bogotá
Fundación: 18 de junio de 1946
Sitio Web Oficial: http://www.millonarios.com.co/
Reconocido unánimemente como el primer embajador del fútbol de su país, el Club Deportivo Los Millonarios necesitó apenas 64 años de vida para transformarse en una de las instituciones más ganadores y tradicionales de Colombia. FIFA.com resume su historia.
Nacimiento del club
El antecedente directo de Millonarios se llamó Club Deportivo Municipal, un equipo fundado en 1937 por un grupo de estudiantes del Colegio San Bartolomé La Merced de Bogotá. Los éxitos llegaron rápidamente y, un año después, representó a selección colombiana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe realizados en Ciudad de Panamá, donde se colgó la medalla de bronce.
Como los resultados siguieron acompañando hasta entrada la década del 40’, un grupo de personas encabezados por el Sr. Alfonso Senior pensaron en formalizar la creación del club. Con algo de ironía e inspirados en lo que ya por ese entonces era una tendencia, la incorporación de futbolistas extranjeros, se optó con llamar a la nueva institución Club Deportivo Los Millonarios, con fecha oficial de fundación el 18 de junio de 1946.
Mitos y realidades de una pasión
Acostumbrados ganar, los Albiazules encararon confiados la primera temporada profesional del fútbol colombiano en 1948, pero el campeón fue Santa Fe de Bogotá, que ya a esta altura era su clásico rival. Senior, ahora presidente, redobló la apuesta y, aprovechando una huelga de futbolistas en Argentina, contrató a Adolfo Pedernera, integrante de la famosa Máquina de River Plate.
“Me tildaron de loco, que cómo íbamos a pagar 5,000 dólares de prima y 500 de sueldo, que si quería seguir adelante lo hiciera bajo mi responsabilidad... El día que lo presenté, de saco y corbata, recaudamos 35,000 pesos, siete veces más que lo normal. Eran casi 18,000 dólares, así que resultó un negocio redondo”, recordaba Senior hace unos años.
Pedernera colaboró para llevar también a Alfredo Di Stéfano y Néstor Rossi, entre otros varios internacionales de renombre como el escocés Robert Flawell y el inglés Billy Higgins. El equipo, bajo la dirección técnica de Carlos Aldabe, practicó un fútbol excelso, ganando el título en 1949 así como también en 1951, 1952 y 1953, aunque éstos con Pedernera en la doble función de jugador y entrenador.
Ese Millonarios, apodado Ballet Azul, marcó el inicio del Dorado, como se lo conoció al momento más brillante del fútbol colombiano por nivel del juego y asistencia a los estadios. Su fama se extendió rápidamente, recibiendo invitaciones de todo el mundo. Pero fue su participación en la Campeonato de las Bodas de Oro del Real Madrid, en 1952, el que convirtió a aquel equipo en leyenda: tras vencer al campeón sueco IFK Norrköping 2-1, obtuvo el título al derrotar 4-2 los poderosos anfitriones con dos goles de Di Stéfano.
"Ese equipo era una máquina jugando a la pelota. Nadie le ponía la tapa a los europeos en ese entonces", recordaba tiempo atrás Di Stéfano, posteriormente comprado por el Real. En los próximos años, enfrentaría cincos veces más a los Merengues, con otras dos victorias y tres empates. De allí el sobrenombre de El Embajador... "Así les demostramos que realmente éramos mejores que ellos", afirmaba tiempo atrás Julio Cozzi, arquero del equipo.
La segunda era exitosa de Millonarios llegó de la mano de Gabriel Ochoa Uribe. Comenzó en 1959 y se extendió en la década del ’60, durante la cual Millonarios participó de la primera edición de la Copa Libertadores (terminó 4º) y sumó cuatro conquistas más, coronadas con el tetracampeonato de 1964, éste último con Efraín Sánchez como entrenador.
Con el regreso de Uribe en la banca y un inspirado Willington Ortiz sobre el campo de juego, Millonarios alcanzó las semifinales de la Libertadores en 1971 y 1972, y agregó este mismo año su décima estrella. Sin embargo, y más allá de sumar la décimo primera en 1978, los éxitos comenzaron a ser menos frecuentes.
De hecho, debió esperar hasta 1987 para dar otra vuelta olímpica, aunque lo hizo a lo grande, ganando todas y cada una de las etapas del torneo de ese ese año, así como también un par de Copas amistosas internacionales a las que fue invitado. Con más dificultades, alcanzó en 1988 su décimo tercer campeonato nacional, lo que aún hoy le permite ser, junto al América de Cali, el equipo más ganador de Colombia.
“Millonarios es grande por la gente... Yo fui parte del último título y todavía recuerdo, como si fuera ayer, el regreso desde Barranquilla y el viaje en colectivo hasta la concentración. Era un mundo de personas. Muchos jugadores jamás se dan cuenta de lo que hay detrás de esa institución”, afirmaba el argentino Mario Vanemerak, autor del gol de aquel campeonato.
El presente
Desde ese entonces, Millonarios ha transitado un camino con profundas crisis financieras y deportivas, apenas mitigadas por los subcampeonatos locales de 1994 y 1995 y la obtención de la Copa Merconorte en 2001, un año después de perder la final de ese mismo certamen. Tras no clasificar para las instancias finales por séptima vez consecutiva, el club acumula 22 años sin refrendar su hegemonía a nivel nacional. Indudablemente, parece demasiado poco para unos aficionados que, a pesar de esto, todavía esgrimen con orgullo que son el club que más puntos y triunfos ha logrado en la historia del fútbol colombiano.
El estadio
Millonarios juega de local desde siempre en el Estadio Nemesio Camacho “El Campín”, que fue fundado el 10 de agosto de 1938, en ocasión de los Juegos Bolivarianos, con un aforo inicial de 10,000 espectadores. Aunque sucesivas modificaciones elevaron su capacidad a 63,000, en la actualidad está habilitado para 46,000. Desde 1951, los Albiazules lo comparten con su clásico rival Santa Fe, aunque también ha sido usado por otros clubes para encuentros de Copa Libertadores. Además de sede de la Copa América en 2001, “El Campín” también ha sido usado en numerosas oportunidades por la selección absoluta para partidos de las eliminatorias mundialistas.
Copyright© 1994 - 2010 FIFA. Reservados todos los derechos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Entradas
